Entre mis más recientes lecturas de biblioteca han estado dos mangas, uno que comienza y otro que termina. En el caso del primero ha sido Parasyte del que me he leído los seis primeros tomos (de un total de ocho) mientras que el segundo caso es por I am a hero, del que he leido su tomo 22 que marca el final de la serie. En referencia a Parasyte hay que decir que me ha resultado muy sorprendente y entretenido, con pocos altibajos en lo que me he leído, mientras que la culminación de I am a hero se me ha hecho, de forma sorprendente, decepcionante. Pero empecemos por el principio.
El protagonista de Parasyte es Shinichi Izumi, un estudiante de dieciseis años normal y corriente. En una noche como otra cualquiera en la que está entretenido escuchando música, un hecho tan intrascendente le evita de ser "parasitado", ya que unas entidades biológicas de origen desconocido han comenzado a tomar el control de los seres humanos "parasitando" su cerebro y tomando total control de la persona. Los que si han sido infectados tienen la tremenda necesidad de devorar a otras personas y ya son totalmente insalvables, pero nuestro protagonista, debido a que su parásito no pudo tomar control de su cerebro, sino tan solo de su brazo derecho, es consciente y comienza a partir de ahi una larga serie de andanzas que le cruzarán con otros parasitados que no tendrán ninguna piedad para intentar acabar con él o con cualquiera con el que se relacione. El parásito que tiene Shinichi, al que llamará Miggy, se encontrará en inicio frustrado por no haber conseguido su propósito pero luego decidirá unirse con su huesped humano, colaborando para la supervivencia en común de ambos.
Con esta premisa se construye una historia que de momento resulta muy atractiva, con unos detalles muy peculiares con las que podriamos decir que nos encontramos ante una muy acertada mezcla entre La Cosa de John Carpenter, el clásico La invasión de los ultracuerpos y Terminator 2. La comparación viene motivada porque estos "seres" (de momento en lo que llevo leído no aclaran su naturaleza, aunque el propio autor comenta que en inicio no pensó en ellos como aliens) hacen TOTALMENTE MALEABLES los cuerpos que invaden, pudiendo metamorfosearse en lo que sea necesario, lo cual vendría a recordar al villano T-1000, el cyborg de metal líquido visto en Terminator 2 al que daba vida Robert Patrick, el cual era capaz de adoptar la forma que fuese necesaria. Es curioso porque en la sección de lectores de uno de estos tomos se ha incluido la respuesta que dió el autor a un lector citándole que lo más parecido a su propuesta sería lo del Terminator del film citado antes, recien estrenado en el momento en que este manga se editó por primera vez.
Cabe mencionar que el presente manga
Parasyte ha tenido una adaptación más o menos reciente en formato de película dividida en dos partes, que resulta bastante entretenida en general, si bien haciendo modificaciones un tanto discutibles sobre la obra original (y no todas para mejor), aunque dotada de unos efectos visuales bastante solventes (de hecho diría que aciertan al lograr hacer entrañable a
Miggy teniendo en cuenta que es una mano mutante con un ojo y una boca) Ante la lógica curiosidad de ver como se adapta en acción real algo que en las viñetas es tan "bizarro" el resultado cumple al intentar mantener el tono de terror y humor negro del original en viñetas, si bien algunas situaciones las dilata en exceso, por lo que en este caso decir que el manga es mejor resulta de una obviedad evidente. Aún así valoro los dos films como adaptación parcial (son evidentes los muchos cambios realizados), pero lo que me queda inédito en los tomos 7 y 8, que vendría a ser la última hora de la parte 2, me da esperanzas de que puede merecer la pena el manga, por lo que estaré atento para cuando entre en las bibliotecas.
En cuanto a
I am a hero, en su último tomo me he encontrado con una tremenda decepción, y es que lo que en un principio podía equipararse a la serie
The walking dead pero en
Japón (aunque a lo largo de la historia han salido otros lugares del mundo) acaba totalmente de sopetón, sin dar ninguna explicación a todo lo que se había visto hasta el momento y dejando un final que a grandes rasgos me recordó al inicio de
Soy Leyenda de
Richard Matheson. No es que me queje de ello, pero si deja el final como lo deja hubiera sido de agradecer que se explicara algo de todo lo anterior, y es que el relato no es que quede a voluntad de lo que cada lector quiera interpretar, sino que simple y llanamente llega a un punto en el que que ya no tiene nada más que contar (o eso parece) y... se acaba, sin más. Sinceramente decepcionante.
En los comics a veces se han dado crossovers un tanto "llamativos" por aquello de unir a dos (o más) personajes que en inicio se podrían tildar de "opuestos" (o cuyas semejanzas son en algunos casos discutibles) Pero dentro de dicho grupo de "curiosidades" (que es lo que al final acaban siendo la gran mayoría de estos comics) hay uno que siempre ha tenido una inmensa repercusión y que para muchos es el mejor que ha habido dentro de esa "curiosa" categoria: el combate entre el ficticio Superman y el boxeador real (y por aquel entonces muy popular) Muhammad Ali.
Como suele pasar en la mayoría de estos crossovers, la premisa argumental para unir a estos dos personajes es una mera excusa para verlos pelearse en un ring, jugándose entre ellos la supervivencia de la raza humana por parte de unos aliens muy belicosos. Con un guión más bien predecible, aunque valorando que en el momento en que vió la luz este comic (hace ya 40 años) aún no había sido un recurso tan utilizado como lo fue después, la historia (correcta y entretenida) es valorable sobretodo por los responsables que la llevaron a cabo, destacando el apartado gráfico por parte de Neal Adams, que se luce en especial en la notable portada doble (incluida dentro de esta edición) donde hay más de un centenar de espectadores conocidos en dicho combate, tanto de personajes de DC como de una gran multitud de famosos de finales de los años setenta.
Curiosamente esta edición se completa con una serie de extras bastante llamativos, entre los cuales está todo el trabajo y las muchas anécdotas para crear un comic así, destacando el desglose que se hace de la portada doble antes citada, lo cual nos deja el entretenimiento posterior tras leerse este comic para relacionar quien es quien en tan multitudinaria imagen a cargo de un magnífico Neal Adams.
Con la extensa continuidad que arrastran TODOS los superhéroes, siempre es cosa de agradecer el que existan historias autoconclusivas como la presente, que vió la luz en 1990, cuando aún estaba en boga el gran éxito que consiguió Batman gracias a los dos films de Tim Burton. Ese triunfo llevó a DC a crear la cabecera Legends of the Dark Knight con la que se pretendía atraer a nuevos lectores con arcos argumentales más o menos cerrados a cargo de autores de cierto prestigio en el medio y con cierta libertad hacia la continuidad que tenía por aquel entonces el personaje. Este Gótico recupera los números 6 al 10 de la citada cabecera, con guión de Grant Morrison y lápices a cargo de Klaus Janson, en un relato descrito como un "romance en cinco volúmenes".
La mafia de Gotham está aterrada, pero no por la labor de Batman, sino porque una misteriosa presencia está acabando de forma paulatina con todos ellos, por lo que deciden acudir de forma desesperada al Caballero Oscuro, el cual se negará en inicio a prestarles ayuda. Pero pronto las sospechas hacia ese Mr.Whisper que está acabando con los mafiosos de la ciudad llevará a Batman a investigar, lo cual le permitirá descubrir no solo un malévolo plan con el que pretende destruir su ciudad, sino tambien a conocer el pasado de su enemigo y ver la forma en la que está conectado al suyo propio. Con la clara tendencia hacia lo tenebroso que ha tenido siempre el universo de este superhéroe de DC, la historia de Gótico es un entretenido relato que se mueve entre lo arcano, lo misterioso y lo detectivesco con detalles de horror gótico y algo victoriano, todo ello bien planteado (me gustaron las muy bien desarrolladas conversaciones entre Bruce Wayne y Alfred) que además es resuelto de manera solvente y eficaz.
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