Hace poco cité por mis redes sociales lo mucho que me habian gustado dos películas que en su momento no fuí a ver de estreno, y que recuperé en sendos pases televisivos. Se trata de los films
Descifrando Enigma y
La teoria del todo, que me hicieron interesarme por las personas a las que estaban dedicados sendos biopics:
Alan Turing y
Stephen Hawking. En el primer caso busqué la base literaria para la película, si bien no la encontré disponible (y creo que ni editada) en este pais, y lo más aproximado
era una biografía más técnica que personal o si no
una visión sencilla dirigida a las nuevas generaciones. Más suerte alcance con el segundo, ya que descubrí una pequeña biografía personal
ya reseñada por este blog, aparte de
Hacia el infinito, que es la base (más o menos) para la antes citada
La teoria del todo.
Y me he referido con ese "más o menos" al evidente hecho de que la película "suaviza" e incluso beneficia a su personaje principal, lo cual queda muy evidente al leer este libro. Pero cuidado, porque no es que se malogre la imagen del genio, sino que lo que narra aqui su esposa durante 25 años es la otra cara de la moneda, es decir, la dura lucha diaria a lo largo de todo ese tiempo no solo con el laureado y popular Stephen Hawking conocido por todos sino con la persona que había detrás, que también tenía sus defectos como todo ser humano, más allá del físico que le postró en una silla de ruedas toda su vida. El relato es emotivo y el lector logra una inmediata empatía con la narradora, que jamás duda de la brillantez del que fue su marido y ensalza su gran talento, pero también muestra al ser humano que había bajo esa mediática fachada de genio imposibilitado.
Sin duda una biografía muy bien detallada, ya que Jane Hawking nunca escribe desde el rencor (aunque algunos momentos si podían dar pie a ello) sino desde la resignación de alguien que hipotecó su vida en beneficio de otra persona sin solicitar jamás nada a cambio más allá de un poco de consideración que fue menguando a medida que pasaba el tiempo, lo que los llevó a la separación final del matrimonio (si bien el epílogo detalla una correcta relación posterior junto a sus tres hijos en común) Hacia el infinito sirve para admirar a todas aquellas personas que tienen a su cargo a alguien con algun problema, sea físico o mental, y el tremendo esfuerzo que llevan a cabo para continuar adelante e intentar facilitarle la vida a ese ser humano con alguna dificultad.
La vertiente cósmica en los comics de superheroes no se puede decir que sea de mis opciones preferidas, pero como en el universo
Marvel de las películas se está fraguando a
Thanos como el gran villano a batir en la cercana
Vengadores: Infinity War, decidí probar con este volumen donde se recogen los seis primeros números de la cabecera dedicada a este personaje. Cierto es que de los personajes que aparecen por este comic me suenan unos pocos de tebeos leidos hace tiempo y otros gracias a las películas (exactamente
Nébula, encarnada por
Karen Gillan en
Guardianes de la galaxia) a los que añadir los que no sabía ni de su existencia, pero eso no ha sido obstáculo para encontrarme con una historia realmente muy entretenida beneficiada a partes iguales por el acertado guión de
Jeff Lemire así como el muy apropiado dibujo de
Mike Deodato (este último artista que no siempre me ha convencido, aunque aqui está muy bien)
Thanos podría ser el equivalente a Darkseid (este último del universo de los comics DC) y aqui queda patente sus tendencias genocidas, lo que me hizo recordar en algunos momentos a ese otro asesino múltiple que es Lobo (sólo que este también de DC) Pero como un enemigo invulnerable no tendría atractivo (como cuando Superman era más Super que Man), aqui Thanos se nos presenta como un personaje que no solo intentará recuperar lo que es suyo, sin importar a quien se lleve por delante, sino que tendrá que ir con cuidado ante conspiraciones familiares que buscan su más amarga derrota.
De esa manera el denominado Titán Loco (de lo que da buena fé) logra que incluso se sienta cierta empatía hacia él, en un arco argumental manejado con un notable ritmo merced a los autores antes citados. En el mismo se humaniza (dentro de lo posible) a este villano con aspiraciones divinas, enfrentándolo tanto a situaciones complicadas como la enfermedad cruel o la angustia ante la derrota, asi como a clásicos problemas familiares (y digo "clásicos" porque, ¿cuantas veces hemos visto historias donde vástagos de todo tipo querian acabar con sus progenitores?) La única pega colateral a este volumen sería el hecho de que el buen conjunto de autores combinados aqui duró bien poco, ya que primero abandonó la serie el guionista y después el dibujante, con lo que habrá que ver si en futuros tomos sus sustitutos estan al mismo nivel.
Si yo menciono Son Goku la mayoría enseguida recordará al mítico protagonista de la no menos mítica serie de anime Dragon Ball de Akira Toriyama, pero el citado personaje ya aparecía en la extensa obra china Viaje al Oeste, de la cual esta sería la adaptación en manga, de la que ya me he leido los 6 tomos que la conforman, a cargo de Kazuo Koike y Goseki Kojima. Confirmo que incluso para un seguidor parcial de la muy popular obra de Toriyama, como es mi caso, las semejanzas entre conceptos y elementos es indudable a medida que uno se va disfrutando este manga, pero el mismo es de 1984 (mismo año que nació Dragon Ball en viñetas, pero dos años antes de que lo hiciera el popular anime que le dió fama mundial)
Cabe citar que en inicio esta adaptación tiene una fuerte connotación erótica: en ella
Son Goku es un personaje mitad humano y mitad mono que viaja hasta la
India junto a un monje budista muy lujurioso, un antropomórfico cerdo (el equivalente al
Olong de la obra de
Akira Toriyama), un
kappa y un caballo-dragón parlanchín, siendo el objetivo de todos ellos el recuperar unos valiosos sutras budistas. Constituyendo la presente una de esas historias en la que resulta más interesante el periplo de sus protagonistas que el objetivo del mismo, el tema erótico está muy presente en su tramo inicial ya que los personajes (en especial el monje) no se cortan a la hora de llevar a cabo sus depravaciones, que en su mayor parte son violar mujeres. Cuidado porque esto no es ni mucho menos una apologia hacia ese hecho tan reprobable ya que los mismos autores dejan clara su crítica hacia ese delito... si bien insisten demasiado en ello, aunque no hay que olvidar las (muy) leves dosis de erotismo que también había en la original
Dragon Ball.
De todas maneras ya digo que eso es tan solo el inicio, porque a partir de ahi las múltiples aventuras en las que se veran inmersos este grupo tan curioso llegan a un punto álgido que nos lleva a un giro en los acontecimientos en el que volvemos a los orígenes. Ello permite a los lectores poder saber de donde surgieron los personajes que conocimos al principio, con un acertado desarrollo de todos ellos por separado y justificando esa posterior unión del grupo, ya que en el fondo y según las creencias budistas esta historia vendría a ser como la vida misma, una rueda continua de muerte y resurrección. Al final, y más allá de los múltiples detalles que pudieron inspirar a Akira Toriyama para su posterior Dragon Ball, lo que nos ofrece esta obra es una curiosa historia donde se manejan con acierto los elementos fantásticos con los religiosos, dotándolo de las justas dosis de acción, algo de humor y un erotismo que si bien en inicio se puede hacer reiterativo (añadiendo más adelante incluso zoofilia), al final se acepta como un detalle más de un manga que si bien no se podría tildar de excelente, sin duda resulta curioso y destacable.